Bálsamo
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En siglos pasados, se plantaban
en terrazas las arboledas de bálsamo en las colinas al sur de Jerusalén.
También se cultivaban en los campos al este del río Jordán, en la región
conocida como Galaad. La savia que tenía grandes y valiosas propiedades
medicinales para ayudar a sanar las heridas. El bálsamo se usaba en especial
para tratar picaduras de escorpiones y mordeduras de serpientes. Debido a que
los escorpiones y las serpientes abundaban en las zonas desérticas de Judea y
de todo el Oriente Medio, el bálsamo era muy valioso y era importante
artículo de exportación a lo largo de las antiguas rutas comerciales.
El “bálsamo de Galaad está
identificado con Jesús. Él es el que sana nuestras heridas.
Cada día viene con la
posibilidad de que suframos picaduras y mordeduras, tanto en sentido literal
como figurado. Aunque no siempre son mortales, estos “golpes” del enemigo
son, no obstante, hirientes y perjudiciales. ¿Cómo les aplicamos el bálsamo
de Jesucristo?
La mejor manera es mediante la
alabanza. En cualquier momento que nos veamos bajo ataque o heridas, podemos
dirigir nuestra mente a Cristo con una palabra, pensamiento o cántico de
alabanza.
Por ejemplo, si nos sentimos
atacados por un enjambre de problemas punzantes, podemos decir: “Te alabo
Jesús, tú eres mi salvador, mi libertador y mi ayuda segura”. Si nos sentimos
heridos por el fracaso, podemos decir: “Te alabo, Jesús, tú eres mi
redentor”.
Si nos sentimos heridos en el
corazón por una palabra de crítica o rechazo, podemos decir “Te alabo, Jesús,
pues enviaste al Espíritu Santo para que fuera mi consolador”. Si nos
sentimos abrumados por las responsabilidades, podemos decir: “Te alabo,
Jesús, tú eres mi príncipe de paz”.
A medida que alabamos a Jesús,
descubriremos que calma el dolor asociado con un incidente o situación. Él es
el Señor de señores, eso incluye cualquier cosa que trate de “señorear” sobre
nosotros.
Haz
conmigo señal para bien.
Y
véanlo los que me aborrecen y sean avergonzados;
Porque
tú, Jehová, me ayudaste y me consolaste.
Salmos
86:17
Tomado
del libro Momentos De Quietud Con Dios
Traducción:
José Luis Martinez
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Lo invitamos a nutrir su corazón con las perlas de agua viva que Dios pone a su disposición, aquí encontrara palabras que animaran su espíritu y le invitaran a reflexionar sobre el diario vivir, esperamos que sea alimento para Usted y un manantial que calme su sed al ver las cosas que Dios tiene para Usted.
miércoles, 20 de noviembre de 2013
Bálsamo
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