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martes, 24 de julio de 2012

Cuando una puerta se cierra

Cuando una puerta se cierraPor Esteban Correa
Cuando una puerta se cierra, puedes quedarte tranquilo, porque de cualquier forma que suceda, Dios siempre tiene algo mucho mejor.
"Yo iré delante de ti, y te allanaré los lugares torcidos; haré pedazos puertas de bronce y cerrojos de hierro". Isaías 45:2
A veces nos desilusionamos mucho cuando una puerta se nos cierra.
Pero si vemos las cosas desde el punto de vista de Dios, tal vez haya algo que no alcanzamos a ver, seguramente hay un plan futuro, algo que ahora no entendemos bien, pero en lo que debemos confiar porque el Señor esta en control de todo a nuestro favor.
Una puerta puede cerrarse por alguno de los siguientes motivos:
  1. No estamos preparados aun
A veces queremos cosas muy buenas y grandes, pero no estamos preparados aun. En una ocasión me encontraba muy ansioso para llegar a una gran meta, quería que todo pase rápido, y esto me tenía mal, en ese momento llegó a mi corazón una palabra que me hizo entender que aún no estaba preparado para algo tan grande y lo comprendí completamente y lo acepte.
A veces es peor recibir ciertas cosas si aun no estamos preparados, si no tenemos la madurez espiritual y emocional, la entereza de carácter, el conocimiento necesario, la experiencia, o si hay cosas en nuestro interior que no podrían procesar correctamente el efecto de una gran bendición.
  1. Hemos cometido un error
A veces las puertas se cierran por un error nuestro, por no habernos informado y tomado los recaudos necesarios para lograr que una oportunidad se abra. Por apresurarnos y emocionarnos desmedidamente con algo que no entendemos bien como funciona, son cosas que no consultamos en oración.
Algunos quieren ganar dinero con negocios que no saben hacer y no se capacitaron para ello. Otros pretenden que les den oportunidades en trabajos o ministerios a los cuales aun no califican para estar. Demos gracias a Dios también cuando estas puertas se cierran porque hemos logrado detectar el error, y ahora podemos aprender y volverlo a intentar más inteligentemente para que esa puerta se abra ampliamente.
  1. No es nuestro lugar asignado
Hay quienes somos muy perspicaces y ocurrentes para idear cosas, crear proyectos, ministerios, armar negocios o darles ideas a otros para que las hagan, pero muchas de esas cosas la mayoría de las veces no funcionan, simplemente porque son ideas meramente humanas, no tienen un inicio en el plan de Dios. Son cosas que no están en nuestro lugar asignado en la agenda de Dios. Cuando demasiadas veces insistes con algo que no tiene ningún resultado, o muy poco, debes abandonarlo, cambiar de lugar, o cambiar de método. Por el contrario, cuando hacemos algo que comienza a dar resultados, es una buena señal para seguir. La voluntad de Dios no es solo sentir, sino comprobar (Rom 12:2). A veces somos muy tercos y queremos seguir con algo que en el fondo de nuestro corazón no nos convence del todo, hay una inquietud que nos dice que algo no anda bien. Sin embargo, por ser tan obstinados con alguna otra cosa que nos parece motivadora en el mismo tema seguimos adelante, y luego comprobamos que por allí no era el camino.
Demos gracias a Dios si esa puerta se cerró, porque aprendemos a ser un poco más prudentes, y ahora sabemos que debemos combinar nuestra estrategia y parecer, con lo que nos dice el Espíritu Santo.
  1. Porque Dios tiene algo mejor
Esta es la mejor de las puertas cuando se cierra, pero la más difícil de entender. Se trata de algo que nos parece muy bueno, que nos gusta y nos da paz, como poder ejemplo poder llegar a un puesto de trabajo, ministerio o lograr algo en cualquier actividad. Pero lo cierto es que Dios tiene planes mayores y mejores para nosotros. No entendemos porque, hicimos todo bien, sin embargo, esa puerta se cerró.
Nos desilusionamos y nos frustramos, nos quejamos y desanimamos, pero luego de un tiempo recordamos y le damos gracias a Dios porque eso nos hubiera desviado de una oportunidad muchísimo mejor que ahora tenemos.
Cuando una puerta se cierra, puedes quedarte tranquilo, porque de cualquier forma que suceda, Dios siempre tiene algo mucho mejor. Su voluntad es agradable y perfecta.

domingo, 15 de julio de 2012

Cuando llegan los problemas


La  fe  de  Jesús,  cambió  las  cosas  en  la  vida  de  la  gente.  A  cambio  de  sus  problemas  y  angustias,  Él  les  dio  soluciones  y  victoria..

Recuerda,  la  Palabra  de  Dios  no  dice  que  nosotros  nunca  tendremos  problemas  o  aflicciones.  De  hecho,  de Génesis a Apocalipsis podría parecer que la Biblia  no  es  otra  cosa  sino  una  historia  de  problemas.

Pero,  es  también  la  historia  de  cómo  Dios  sacó  a  la  gente  de  esos  problemas—la  historia  de  la  gente  de  Dios  recibiendo las promesas de Dios, por fe.

Para  cada  problema ,  dolor  o  circunstancia  que  cualquier  persona  haya  jamás  enfrentado,  Dios  ha  prometido  una  respuesta  en  Su  Palabra.  Su  Palabra  es  la  autoridad  final  sobre  todos  ellos.  La  victoria  se  da  cuando  nosotros  hemos  desarrollado  nuestra  fe.

Cuando  sabemos  lo  que  Su  Palabra  dice  acerca  de  nuestra  autoridad  y  Su  victoria,  podemos  tomar  una  posición de fe con confianza.

Esto es importante, porque cuando viene una crisis,  tú no siempre tienes tiempo de sacar tus CDs sobre el  espíritu de fe para saber qué hacer. Cualquier cosa que  haya  en  tu  hombre  interior,  eso  es  lo  que  saldrá.  Tú  necesitas  estar  listo  y  preparado  todo  el  tiempo  con  una  fe  inquebrantable,  que  no  se  deja  llevar;  una  fe  sólida en la Palabra de Dios.

Así que no esperes hasta que te agarre la tormenta,  o  que  el  fuego  esté  acabando  con  tu  casa ,  para  empezar a edificar tu fe. Comienza hoy—pasa tiempo  en  la  Palabra  y  en  oración  todos  los  días.  Descubre  lo  que  dice  la  Biblia.  Consigue  un  diccionario  Bíblico  y  una  concordancia,  y  haz  un  estudio  más  profundo.
Busca  libros,  CDs  y  vídeos  que  enseñen  la  Palabra  y  desarrolla  tu  fe.  Aprende  la  verdad.  Mantente  bajo  la  enseñanza  de  maestros  con  experiencia,  llenos  del
Espíritu Santo, y déjalos que te ayuden.

Es  así  como  aprendes  a  mantener  un  Espíritu  de  fe—depositando  continuamente  la  Palabra  de  Dios  en  tu  corazón  y  hablándola  con  tu  boca,  día  con  día,  y obedeciendo lo que dice, un paso a la vez, hasta que  tu vida sea una imagen de obediencia.

La  autoridad  que  Jesús  le  dio  a  la  Iglesia  obra  por  el Espíritu de fe. Él fue muy claro con Sus discípulos: “Tengan  fe  en  Dios.  Les  aseguro  que  si  alguno  le dice  a  este  monte:  ‘Quítate  de  ahí  y  tírate  al  mar’,  creyendo,  sin  abriga r  la  menor  duda  de  que  lo  que  d ice  sucederá,  lo  obtendrá.  Por  eso  les  digo:  Crean  que  ya  han  recibido  todo  lo  que  estén  pidiendo  en  oración,  y  lo  obtendrán”,  (Marcos  11:22-24  Nueva  Versión  Internacional ).

Si  no  activamos  nuestra  fe,  creyendo  y  hablando  la  Palabra,  no  ejercitamos  la  autoridad   que   tenemos .   Si   n o   h e m o s  desarrollado  nuestra  fe  en  Dios  y  en  Su  Palabra, no tendremos los medios para vencer  las  circunstancias,  y  nos  encontraremos  a  la  misericordia  del  mundo.  Pero  a  medida  que desarrollemos  nuestra  fe,  descubriremos  que  ¡no  tenemos  que  quedarnos  indefensos  e  impotentes, porque hemos sido redimidos!

Dios Mismo Se Puso en la  Línea de Fuego por Ti

Piensa  que  cuando  Dios  nos  pide  que  tracemos  una  línea  de  fe,  Él  no  nos  está  pidiendo  nada  que  Él  mismo  no  haya  hecho.  Dios  creó  al  hombre  para  que  funcionara  de  la misma forma que Él lo hace—por fe. Jesús  siempre operó por fe, y Él claramente enseñó  a  Sus  discípulos  a  hacer  lo  mismo.  Dios  Mismo  se  puso  en  la  línea  de  fuego  cuando  Él  nos  dio  el  mismo  poder  y  autoridad  en  la  tierra que le dio a Jesús. (Mateo 28:18-20).

Antes de la fundación de la tierra y de toda  la  creación  que  hay  en  el la,  Dios  ya  tenía  listo  un  medio  para  crear  todas  las  cosas  que  “no  se  ven”  al  ámbito  de  lo  que  “sí  se  ve”.  Él  simplemente  habló,  y  lo  que  no  se  veía  llegó  a  ser  algo  que  se  veía.  Como  dice  Romanos  4:17,  Dios  “llamó  las  cosas  que  no  son  como
si fueran”.

Nada  sucedió  hasta  que  Dios  habló.  Él  dijo,  “Sea  la  luz”  y  la  luz  fue.  Él  creó  la  luz  del ámbito de lo que no se ve, al ámbito de lo  visible y manifiesto, a través de Sus palabras.   Todas  las  cosas  que  el  hombre  necesitaría,  Dios  las  suplió  declarándolas  al  ámbito  que  se  ve,  lo  que  Él  ya  había  preparado,  desde  el  ámbito de lo que no se ve, contenido en Él.   Jesús obra de la misma forma.

La  fe  de  Jesús,  cambió  las  cosas  en  la  vida  de  la  gente.  A  cambio  de  sus  problemas  y  angustias,  Él  les  dio  soluciones  y  victoria.  Él  declaró que todas las cosas que Él dijo e hizo, fue solamente lo que Él  había oído y visto a Su padre decir y hacer. Su fe trajo lo que la gente  necesitaba en el ámbito visible y manifiesto de sus vidas.

La  gente  no  podía  escuchar,  ni  darse  cuenta  que  su  sanidad  estaba  tan  solo  a  una  palabra  de  distancia,  pero  Jesús  lo  escuchó  y  lo  habló  para  que  así  fuera.  Ellos  no  podían  ver  que  su  comida  iba  a  salir  de  unos  cuantos  panes  y  unos  cuantos  pescados,  pero  Jesús  lo  vio,  lo  bendijo  y  lo  partió,  alimentando  a  miles.

Ellos  no  sabían  que  su  liberación  del  reino  de  las  tinieblas  estaba  en  la  persona  de  Jesús,  pero  Él  sí  lo  sabía  y  pasó  los  últimos  años  de  Su  vida  en  la  tierra  extendiendo las buenas nuevas.   Él habló la Palabra, y aquellos que Lo recibieron… ¡recibieron!   La fe viene por el oír. La fe sabe lo que el Padre ha prometido en
Su  Palabra,  y  que  Él  cumplirá  Su  promesa.  La  fe  obra  conforme  a  la  promesa. La fe habla. ¡La fe cree y recibe!

Lee  una  vez  más  lo  que  dijo  Jesús,  “Tengan  fe  en  Dios.  Si  alguno  le  dice  a  este  monte…  ‘Quítate  de  ahí  y  tírate  al  mar’,  creyendo,  sin  abrigar  la  menor  duda  de  que  lo  que  dice  sucederá,  lo  obtendrá.

Por  eso  les  digo:  Crea n  que  y a  ha n  recibido  todo  lo  que  estén  pidiendo en oración, y lo obtendrán”, (Marcos 11:22-24 Nueva Versión  Internacional ).   Jesús caminó en esta línea de fe todos y cada uno de los días que Él  vivió entre la gente.   Por  fe,  es  como  Él  entró  al  ámbito  de  lo  que  no  se  ve  y  produjo  los  cambios  que  Su  Padre  había  preparado  en  la  vida  de  la  gente.

Fue  la  manera  como  Él  suplió  Sus  propias  necesidades  y  las  de  Sus  discípulos—ya  fuera  de  comida,  bebida,  dinero  para  impuestos  o  liberación de una multitud.

Por  fe,  fue  la  forma  como  Jesús  dio  Su  vida—con  base  en  la  promesa  de  Su  Padre;  que  el  mundo  sería  salvo.  Ese  era  el  plan  que  Dios tenía para la vida entera de Jesús; lleno del poder del Espíritu de  Dios y obrando siempre conforme a la Palabra de Su Padre, fue como  Jesús  sostuvo  la  línea  de  fuego  hasta  que  concluyó  Su  tiempo  en  la  tierra. Y todavía hoy, Él sigue manteniendo firme esa línea.

Ahora,  nuestra  parte  es  dar  ese  paso  al  frente,  tomar  nuestra  posición,  y  saber  que  esta  vida  de  fe  es  la  vida  que  Dios  diseñó  para  nosotros. El mundo puede arrojar problemas en nuestro camino, pero  no hay nada que Jesús no haya hecho ya para vencerlos. Eso es Él lo  que  dijo,  y  es  lo  que  nosotros  decimos.  ¡Es  aquí  donde  trazamos  la  línea y pintamos la raya!.  Y una vez que la cruzamos, ¡no hay regreso a una vida sin victoria  en Él!

miércoles, 4 de julio de 2012

No es tu destino, solo el camino

Debes distinguir entre camino y destino hay cosas que te están pasando que no es tu destino, sólo es el camino.

Juan 16:33 "Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo".

Si necesitas paz debes ir a la fuente que la da y esa fuente es el Señor Jesús. Estaba orando por sanidad para la vida de una persona y la persona que la acompañaba se veía afligida y en ese momento el Espíritu Santo me dijo que ella estaba pensando que Dios no iba a sanarla y le dije "Míreme ¿Eso que usted está pensando se lo dijo Dios o el Diablo?

No puedes orar por un familiar y al mismo tiempo escuchar la voz de Dios decirte que dejes de orar porque tu familiar va a morir, ese tipo  de pensamientos jamás los pone Dios.

Dios da pensamientos de bien y de paz, la voz de Dios es la que te dice "Ten paz, confía, todo va a salir bien, estoy en control, por mi llaga fue sanado". Lea la Biblia para conocer la voz de Dios.

En el mundo siempre vamos a tener aflicciones, por hacer lo bueno o por hacer lo malo.

Usted escoge la aflicción de hacer ejercicios o la aflicción de tener la presión alta, la aflicción de dejar el licor o la aflicción de volverse alcohólico.

Desde joven entendí que es mejor ser afligido por hacer lo bueno que por hacer lo malo, hay que hacer lo correcto, hay que ser inteligentes.

La Biblia dice en Salmos 34:19 "Muchas son las aflicciones del justo, pero de todas ellas le librará Jehová".
Una empresa quiebra y te dicen que no pueden seguir con tus servicios, no es tu culpa ni es la voluntad de Dios, debes distinguir la voluntad de Dios y la voluntad del Diablo, Jesús nació en pesebre porque no se halló lugar para él como muchas veces pasa que no se encuentra lugar para ti en una gerencia que pensaste que iban a darte por la maestría que tienes, en tu familia quizá te rechazaron, no fuiste el hijo consentido, hay muchas circunstancias en nuestra vida donde nos encontramos en un lugar que no es por tu voluntad ni por la voluntad de los que realmente te aman.

Cuando las situaciones que vives son "circunstanciales" tienes que comprender tres cosas, la primera es que debes tener la humildad para aceptarlo y vivirlo y decir: "si esto es lo que me toca vivir lo voy a vivir", la segunda es que debes entender que no es por la buena voluntad de nadie sino que es una circunstancia y la tercera debes tener claro que tienes la humildad para vivir esa situación pero que también tienes la fe para salir de allí.

No es lo mismo tener fe para vivir una situación que tener fe para salir de ella.

Muchos han concluido que es la voluntad de Dios todo lo malo que viven y se han llenado de Fe para aguantar las circunstancias pero no tienen fe para salir de ellas.

Lo que ahora vive es una circunstancia pero no la voluntad buena, agradable y perfecta para su vida, sea humilde para vivirla pero créale a  Dios para salir de allí.


Lo que estés viviendo, sea en tu familia, en tu economía, tu debes comprender que esa no es la voluntad de tu Padre Celestial que envió a su Hijo a morir por ti, él tiene cosas mejores para ti y debes creerlo con todo el corazón, Dios es Dios de los cielos y de la tierra, él quiere bendecirte en la tierra porque la tierra también es de él y nosotros somos los herederos.

Lucas 2:40 "Y el niño crecía y se fortalecía, y se llenaba de sabiduría; y la gracia de Dios era sobre él".
Hay un ciclo natural en la vida, crecemos, nos casamos, tenemos hijos formamos una familia, eso es un proceso natural aunque hay circunstancias que son provocadas por terceros, también hay circunstancias que nosotros vamos a provocar, Jesús mientras crecía (proceso natural) se fortalecía, cuidaba su cuerpo, cuidaba su salud porque mientras más grandes somos más susceptible se vuelve la salud.

Jesús se fortaleció, porque la vida requiere de fuerzas de todo tipo (mental, espiritual, física) para enfrentarla.

Hay una etapa en la vida que para ver la voluntad de Dios hecha en nuestra vida nosotros tenemos que hacer algo, llenarnos de sabiduría y de fuerza y entonces la gracia de Dios estará con nosotros.

La gracia de Dios acompaña a aquellos que reconocen en qué etapa de su vida están y se esfuerzan por hacerlo lo mejor posible, entonces Dios dice: "Te acompaño a donde quieras".

Eso mismo le dijo a Josué "Esfuérzate y se valiente y yo estaré contigo".

Hay cosas en la vida que van a pasar por terceros y otras que están pasando por lo que tú has hecho, esas las arreglas tu.

El crecimiento lo vas a tener pero debes ser tu el que se llene de sabiduría y fortaleza para vivir, una buena vida cuesta disciplina.

Jesús era disciplinado, se preparaba para salvara a la humanidad.

Hebreos 12:1-2 (Biblia al Día) Por cuanto un número tan inmenso de hombres de fe nos contempla desde las graderías, despojémonos de cualquier cosa que nos reste agilidad o nos detenga, especialmente de esos pecados que con tanta facilidad se nos enredan en los pies y nos hacen caer, y corramos con paciencia la carrera en que Dios nos ha permitido competir.
Mantengamos fijos los ojos en ese Jesús que sin importarle lo oprobioso de la muerte, estuvo dispuesto a morir en la cruz porque sabía el gozo que tendría después; en ese Jesús que ahora ocupa el sitio de honor más alto a la derecha de Dios.

Debes distinguir entre camino y destino hay cosas que te están pasando que no es tu destino, sólo es el camino, José creía que el sueño que Dios le había dado era de llegar a gobernar aún cuando lo vendieron de esclavo, lo metieron al pozo, a la cárcel, estoy seguro que él dijo: "Este no es mi destino, esto sólo es el camino y no me voy a cansar hasta que llegar, voy a correr con paciencia la carrera que tengo delante".

Jesús sabía que la cruz era por donde iba a pasar no donde se iba a quedar, el Padre sabía que su hijo entendía su voluntad de que no quedaba muerto, lo resucitó, lo sentó a la diestra y le dijo: "Esta es mi voluntad, aquí te quiero sentado".

La voluntad de Dios para tu vida no es lo que estás viviendo, es lo que buscas llegar a tener un día.

Habacuc 3:17-19 Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales; con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación.

"Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar". Aunque todo falte usted debe gozarse en él.

Esta escritura se usa cuando falta, esta escritura él no la usó cuando le faltó, la usó cuando tenía, aquí dijo: "Aunque todo falte" la regla no es que no haya, la regla es que haya y que no falte.

La regla de Dios para sus hijos es que siempre haya. Cuando no había él sabía que era una circunstancia y decía "Estas no son las altura de la voluntad de Dios, sólo es el camino a las alturas que Dios tiene para mi vida".

Aquel que escala el Everest debe distinguir muy bien entre el camino y el destino esa gente no se cansa, es un equipo de personas que le cargan todas las maletas durante un gran trecho conforme consumen pero el objetivo es que cuando lleguen a la cima lleguen sin nada porque se deben quitar todo el peso que no los deja subir, hay cosas en la vida que no te dejan subir al destino que Dios tiene, quítatelas, quítate hábitos, vicios, costumbres, manera de hablar, forma de tratar a los demás, no te quedes a medio camino, no te engañes esa no es la cima, es solo el camino, no puedes decir a medio Everest "ya llegué" ni puedes auto consolarte y decir "con esto es suficiente" tu no empezaste a escalar pensando en que ibas a quedarte a la mitad, empezaste creyendo en llegar a la cima.

Mucho de lo que hoy te pasa no es tu destino, vas de camino y debes entenderlo, debes decir "No importa que la higuera no florezca, no importa que no haya fruto, no importa, pero quiero que sepas que no creo que esto sea tu voluntad para mi vida, yo te creo por cosas más grandes y mejores".