Sonriamos |
Se estaba haciendo tarde, y el agente soviético había golpeado y torturado a Paulo por muchas horas. “No vamos a torturarlo más”, dijo él, sonriendo con brutalidad cuando el cristiano levantó la vista. “En lugar de eso lo vamos a enviar a Siberia, donde la nieve nunca se derrite. Es un lugar de gran sufrimiento. Usted y su familia encajarán bien”. En lugar de estar deprimido, Paulo sonrió. -Toda la tierra pertenece a mi Padre, capitán. A dondequiera que me envíe yo estaré en la tierra de mi Padre. - Le quitaremos todo lo que posee – dijo el capitán mirándolo con aspereza. - Necesitará una escalera alta, capitán, porque mis tesoros están guardados en el cielo – respondió Paulo todavía con una sonrisa preciosa. - Le prenderemos una bala entre sus ojos – gritó el capitán, ahora enojado. - Si me quita la vida en este mundo, comenzará mi verdadera vida de gozo y belleza – respondió Paulo. – No le tengo miedo a la muerte. El capitán agarró a Paulo por su camisa de prisionero hecha jirones y le grito al rostro: - ¡No lo mataremos! ¡Lo mantendremos encerrado sólo en una celda y no permitiremos que nadie vaya a verlo! - Usted no puede hacer eso, capitán – dijo Paulo, aún sonriendo. – Yo tengo un amigo que puede pasar a través de puertas cerradas y barrotes de hierro. Nadie me puede separar del amor de Dios. A pesar de un futuro incierto, estamos seguros de una cosa: Cristo lo enfrentará con nosotros. Ya sea que estemos pasando a través de una prueba privada o una aflicción pública, nunca vamos a estar solos. En contraste todo compañero humano nos fallará en algún momento. Habrá lugares en el peregrinaje de la vida donde no pueden caminar con nosotros; el agua estará muy profunda y su entendimiento estaría turbio en el mejor de los casos. Solo Jesús tiene la habilidad de pasar a través de los “barrotes de hierro” de nuestros corazones que sufren y compartir esos tiempos difíciles. Él puede optar por no liberarnos de nuestras circunstancias, su presencia segura nos ayudará a través de ellas. Sonriamos, sabiendo que tenemos un amigo del cual nunca lograrán separarnos. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, angustia, persecución, hambre, desnudez, peligro o espada? Romanos 8:35 Tomado del Libro Devoción Extrema Traducido al español por Rafael B. Cruz |
Lo invitamos a nutrir su corazón con las perlas de agua viva que Dios pone a su disposición, aquí encontrara palabras que animaran su espíritu y le invitaran a reflexionar sobre el diario vivir, esperamos que sea alimento para Usted y un manantial que calme su sed al ver las cosas que Dios tiene para Usted.
martes, 10 de agosto de 2010
Sonriamos
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario