A veces no tenemos inconveniente en comenzar una buena obra, ¡pero cuando comprendemos el costo final, no queremos terminarla! ¡Pero hay que recordar que los grandes hombres y mujeres de fe cuyos logros quedaron registrados en la historia, fueron aquellos que perseveraron a toda costa en su misión! ¡No hay límite para lo que Dios puede hacer también con nosotros si somos fieles y persistimos! Es importante comenzar bien una obra, ¡pero si no la concluimos, es como si no hubiéramos hecho nada! Más vale no comenzar algo que dejarlo a medias. No se puede comenzar una tarea para el Señor y no terminarla, ¡o no será más que un fracaso! ¡Mejor sería no comenzarla! El Señor dijo que nos convenía sentarnos a calcular los costos antes de comenzar, para ver si podemos terminar el edificio o ganar la guerra; ¡pues de lo contrario mejor sería ni empezar! (Luc.14:28) Ayúdanos a todos, Señor, a recordar que has sido Tú quien comenzó en nosotros la buena obra, ¡y que Tú la perfeccionarás hasta el fin! (Fil.1:6) ¡Y ayúdanos también, Señor, a ser fieles y persistir en la tarea que nos has encomendado hasta terminarla o hasta que Tú nos indiques que ya es hora de marcharnos! |
Lo invitamos a nutrir su corazón con las perlas de agua viva que Dios pone a su disposición, aquí encontrara palabras que animaran su espíritu y le invitaran a reflexionar sobre el diario vivir, esperamos que sea alimento para Usted y un manantial que calme su sed al ver las cosas que Dios tiene para Usted.
lunes, 3 de enero de 2011
No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos
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