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lunes, 17 de enero de 2011

Cuando nos sentimos en oscuridad

Cuando nos sentimos en oscuridad
La ciudad de Bruselas, Bélgica, es famosa por los magníficos encajes que ahí elaboran. Uno de los locales más famosos de encajes, cuenta con habitaciones en donde tejen los encajes más hermosos y minuciosos del mundo. Estas habitaciones son oscuras, excepto por el rayo de sol que entra por una pequeña y única ventana y cae directamente sobre el encaje. En la habitación llena de oscuridad, está sentada sólo una persona, quien teje el encaje justo debajo del rayo de luz. El encaje se verá mas hermoso y minucioso cuando es tejido por una sola persona en oscuridad, y cuando recibe el rayo del sol.

Cuando Dios comienza a tejer dando forma a nuestra vida, muchas veces nosotros estamos sentados en “una habitación oscura”. Pareciera que la oscuridad nos quita la respiración. No podemos entender lo que Dios está haciendo, no encontramos ningún bien en medio de las tinieblas. Pero cuando enfocamos nuestra atención al fiel artesano, comprenderemos que la más excelente obra maestra de Dios fue elaborada en momentos de oscuridad. El momento de mayor intimidad con Dios fue en tiempos de oscuridad. Cuando se avecinaban contra mí nubes cargadas de lluvia, la enseñanza que Dios ponía en mi corazón me traía paz.

Quizás su vida se encuentre llena de oscuridad y ahora nada pueda ver. Pero Dios está obrando. Así como Dios obró durante “toda la noche” por el pueblo de Israel. Amigo, no se olvide que durante la noche de su vida, Dios obra igual.

Aunque ande en valle de sombra de muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu vara y tu cayado me infundirán aliento. Salmos 23:4

sábado, 15 de enero de 2011

La clave de todo es la fe y la confianza.

La clave de todo es la fe y la confianza
Al Señor le apasiona ver si tu fe es verdadera y si estás dispuesto a confiar en Él a pesar de todo. ¡Hay veces en que nuestra fe puede llegar a ser probada hasta el límite, hasta el extremo, aun hasta la muerte, para probar si es fe de verdad! Esa es la clase de fe que hay que tener si se quiere llegar a algo. ¡Hay que estar dispuesto a confiar en el Señor pase lo que pase, cualesquiera sean las consecuencias! ¡Como Job! Job al final salió adelante, y el suyo es uno de los más grandes testimonios que hay en toda la Biblia sobre sufrimiento, fracaso, desaliento y, a pesar de ello, una fe que le ayudó a seguir.

Esa es la victoria más grande de todas, la de estar aparentemente vencido y sin embargo seguir confiando en el Señor. Para Dios eso debe de ser lo más admirable y grato, que aunque parezcas estar derrotado sigas confiando en Él a pesar de todo, como Job. Esa clase de fe debe de agradar muchísimo al Señor: ¡tener fe al borde del desastre, fe frente al sufrimiento, fe frente a la muerte! (Heb.11:6; 1Jn.5:4)

A Dios le gusta verte triunfar sobre todas las pruebas y dificultades. ¡Disfruta al verte vencer, ganar la carrera, soportar la aflicción y la batalla y luchar hasta la victoria!

¡Que Dios te bendiga y te ayude a seguir confiando en Él!

jueves, 13 de enero de 2011

El orgullo nos produce temor a fracasar y a ser rechazados, y a menudo eso nos impide manifestar amor a los demás

El orgullo nos produce temor a fracasar y a ser rechazados, y a menudo eso nos impide manifestar amor a los demás.
¡Pero los que aman de verdad son realmente humildes, y quienes son realmente humildes, aman de verdad! ¡Hay que admitir que la humildad es parte esencial del amor! Hace falta humildad para ser afectuoso y recibir afecto. ¡Si de veras quieres enamorarte y aceptar amor verdadero, necesitas suficiente humildad como para renunciar a tu orgullo y recibirlo! Porque el amor y la humildad son absolutamente inseparables. ¡No puedes sentir amor, amor de verdad, sin ser humilde; y tampoco puedes tener genuina humildad sin sentir mucho amor! ¡No puedes ser orgulloso y sentir amor verdadero! ¡Tampoco puedes sentir amor verdadero y ser orgulloso! ¡El amor verdadero requiere gran humildad!
¡Esto se aplica también a nuestra relación con el Señor! Al darnos cuenta de que Dios nos ama de verdad y de que Jesús murió por nosotros y vela por nosotros, debemos someternos y humillarnos para recibir Su amor. ¡Es algo humillante!

Mas en la humildad hay perfecta paz, porque la humildad tiene amor y fe sin temor (1Jn.4:18). ¡Si amas, no te importa lo que piensen los demás: amas pese a lo que opinen! ¡De modo que sé humilde! ¡Y ama! (1Pe.4:8)

martes, 11 de enero de 2011

¡La sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado!

¡La sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado!
Moisés dijo que sin el derramamiento de la sangre no podía haber expiación de pecados (Lev.17:11). Esa era la ley; pero Jesús dijo: "¡Este es el nuevo pacto en Mi sangre!" (1Cor.11:25)
Jesús murió en el altar de Dios, la cruz, lo cual es un hecho aceptado por todo cristiano y todo hijo o hija de Dios que cree que Jesús es la Salvación y que Su sangre fue derramada por sus pecados. Él fue el supremo y final sacrificio por el pecado. Fue el último y el supremo Cordero de Dios inmolado por la expiación de tus pecados. ¡Llevó sobre Sí mismo el castigo de tus pecados, en Su propio cuerpo, en aquel madero, la cruz, y ese fue, en lo que a Dios respecta, el último sacrificio de sangre por el pecado! El costo de tu salvación fue un don invalorable: ¡Jesús y Su sangre! ¡Fue el don de más alto precio que alguien podía recibir, el precio más elevado que alguien podía pagar por tu salvación, y solamente Jesús podía hacerlo! ¡Por más que te sacrifiques y trates de pagarlo con tus obras personales, el precio será siempre demasiado elevado para ti! ¡Sólo Jesús podía pagarlo! ¡Dios no escatimó ni a Su propio Hijo, sino que lo dejó morir en la cruz para que Él nos diera todas las cosas! ¡Cuánto amor! (Rom.8:32)

domingo, 9 de enero de 2011

¡Se puede orar constantemente!

¡Se puede orar constantemente!
No es necesario que te postres en el suelo y reces frenéticamente para que se te escuche. La oración es algo que se hace continuamente, sin importar qué otra cosa esté uno haciendo. ¡Es como pensar caminando! ¡Uno puede tener el ungimiento y la guía del Espíritu para todo lo que haga! Si piensas y oras acerca de lo que haces, pidiéndole a Dios Su sabiduría, ¡Él te dará Su inspiración! Su Palabra dice: "¡Orad sin cesar!" (1Tes.5:17)

Antes de emprender cualquier cosa, acude al Señor. Comprueba que sea lo que Él quiere que hagas. "Reconócelo en todos tus caminos y Él enderezará tus veredas." (Pro.3:6) Dejar lo que uno hace, para pedir ayuda al Señor, demuestra confianza en Él y trae sosiego al espíritu.

El Señor espera reconocimiento; quiere que sepas que lo necesitas. Podrían pasar muchas cosas que están totalmente fuera de nuestro control, ¡pero no del control del Señor! Mantén, pues, una relación muy estrecha con el Señor, orando e invocando constantemente Su protección; pidiéndole que te guarde, bendiga y proteja, y lo hará. 

Guárdanos muy junto a Ti, Señor, y ayúdanos a permanecer en Tu voluntad, a seguirte y a obedecerte en todo momento. Que en todo tiempo estén nuestros corazones limpios delante de Ti, Jesús, y que sean limpias nuestras motivaciones, nuestra voluntad y todo lo que hagamos. ¡Gracias, Jesús!

viernes, 7 de enero de 2011

¡Reconócelo en todos tus caminos!

"¡Reconócelo en todos tus caminos!" (Proverbios 3:6)
 Debemos guardar una relación estrecha con el Señor, obedecerle y esforzarnos por mantenernos en Su voluntad. ¡No debemos actuar sin estar seguros de cuál sea la voluntad de Dios, por más que algo parezca bueno, conveniente y razonable! ¡Si nos apoyamos en nuestra propia prudencia y nos olvidamos de reconocer al Señor, si no obedecemos a la voz de Su Espíritu para que nos guíe en todo momento, podemos caer en alguna trampa del Diablo, lo cual es muy peligroso! ¡No podemos precavernos contra todo, pero sí mantenernos tan aferrados al Señor que Él se encargue de que no pasemos un instante desguarnecidos!

¡Confiar en el brazo de carne y en el razonamiento natural es cosa peligrosa! (Jer.17:5) ¡Sin Jesús no somos nada! Jesús dijo: "¡Separados de Mí nada podéis hacer!" (Jn.15:5) ¡Nada bueno! Por eso, Señor, ayúdanos a estar en el Espíritu de una manera tal que seamos sensibles a Tu voz, que la oigamos, que conozcamos tu Voluntad y que escuchemos Tu Palabra para poder seguirla y obedecerla.

"Entonces tus oídos oirán a tus espaldas voz que diga: Este es el camino, andad por él." (Isa.30:21) Ayúdanos, Señor, a prestar oído a esas voces, aunque puedan sonar ilógicas y no entendamos por qué no podemos hacer las cosas como de costumbre. ¡Cada vez que recibamos una advertencia del Espíritu, Señor, ayúdanos a hacerle caso, confiando en que Tú sabes el porqué!

miércoles, 5 de enero de 2011

Todo lo que Dios creó es para nuestro placer y nuestro bien

 Dios determinó que todas las necesidades de la vida fueran muy agradables: respirar, comer, dormir, hacer ejercicio y hacer el amor. "Tú creaste todas las cosas, y porque te place existen y fueron creadas." (Ap.4:11) Dios nos creó para disfrutar de todo ello. Creó esos mismos nervios que perciben sensaciones agradables y los sentidos que captan los placeres. Nos dotó para que pudiéramos ver cosas agradables a los ojos, para gustar de alimentos deliciosos, para escuchar música hermosa, para disfrutar de sensaciones agradables al tacto y poder aspirar la delicada fragancia de las flores.

El placer fue creado por Dios para nuestro bien! Pero a algunas personas les han inculcado que todo placer es pecaminoso y perverso y que no deberían ser felices, que no es bueno sentir placer. Sin embargo, la Biblia solamente condena el placer cuando se lo pone por encima de la piedad, el Señor y la obediencia a Su Palabra.
¡Recuerda que la mayor felicidad no se encuentra en la búsqueda personal de placer y satisfacción, sino en hallar a Dios y entregar Su vida a los demás dándoles felicidad! ¡No dejes nunca de poner a Dios en primer lugar, y podrás disfrutar de todo esto y del Cielo también! (Véase Sal.37:4; Mat.6:33

lunes, 3 de enero de 2011

No nos cansemos, pues, de hacer el bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos

 A veces no tenemos inconveniente en comenzar una buena obra, ¡pero cuando comprendemos el costo final, no queremos terminarla! ¡Pero hay que recordar que los grandes hombres y mujeres de fe cuyos logros quedaron registrados en la historia, fueron aquellos que perseveraron a toda costa en su misión! ¡No hay límite para lo que Dios puede hacer también con nosotros si somos fieles y persistimos!

Es importante comenzar bien una obra, ¡pero si no la concluimos, es como si no hubiéramos hecho nada! Más vale no comenzar algo que dejarlo a medias. No se puede comenzar una tarea para el Señor y no terminarla, ¡o no será más que un fracaso! ¡Mejor sería no comenzarla! El Señor dijo que nos convenía sentarnos a calcular los costos antes de comenzar, para ver si podemos terminar el edificio o ganar la guerra; ¡pues de lo contrario mejor sería ni empezar! (Luc.14:28)

Ayúdanos a todos, Señor, a recordar que has sido Tú quien comenzó en nosotros la buena obra, ¡y que Tú la perfeccionarás hasta el fin! (Fil.1:6) ¡Y ayúdanos también,

Señor, a ser fieles y persistir en la tarea que nos has encomendado hasta terminarla o hasta que Tú nos indiques que ya es hora de marcharnos!